martes, septiembre 26, 2006

JACK, EL VELOCIRAPTOR



https://www.youtube.com/watch?v=BJ84UWCJhJ0



BSO "Copycat"






Este que tiene cara y trazas de malo, malísimo es el Velociraptor. Sería como una especie de Jack, el destripador, del Cretácico. Antes de nada, os daré las características de este bicho.
 

La palabra Velociraptor significa “ladrón ágil” y habitó en los desierto de Mongolia a finales del Cretácico tardío, hace unos entre 73 y 65 millones de años.

Anatómicamente, se caracterizaba por tener una garra afilada y ganchuda en el segundo dedo de la pata, que era dos veces mas larga que la de los otros dedos y se mantenía elevada durante la locomoción. Los músculos pateadores de la pierna y los flexores de los dedos de las patas estaban bien desarrollados y hacían funcionar la garra elevada como una navaja automática mortal. Tenía la cabeza alargada y el hocico chato, con hileras de afilados dientes con los que desgarraba la carne a sus víctimas. Medía 2 metros de largo y 1 de alto. Podía correr a gran velocidad sobre sus largas patas traseras.

Sus presas se quedaban aterradas y tenían pocas posibilidades de escapar. Este animal se apoyaba sobre una pata trasera y atacaba con la otra, usando la cola para equilibrarse. La afilada garra, a modo de espolón, la clavaba en sus indefensas presas, a las que luego despedazaba. Se dice que el mayor enemigo de los Velociraptores eran los Protoceratops, estos herbívoros siempre atraían a cualquier manada de Velociraptores hambrientos listos para devorarlo. Un fósil preserva a un Velociraptor que agarra la cabeza de un Protoceratops mientras intenta cortar su estómago con las garras traseras. El Protoceratops tiene las garras alrededor del brazo derecho del Velociraptor, y quedaron entrelazados en la batalla.

Muchos científicos creen que los Velociraptores atacaban en grupos de 4 a 6 individuos para así poder vencer y matar a un adversario pequeño, como el Protoceratops, o a uno grande.

En la segunda mitad del año 1888, tuvieron lugar en el mísero barrio londinense de Whitechapel, una serie de horrorosos crímenes cometidos por alguien que se hizo llamar “Jack, el destripador”. Las víctimas eran mujeres que ejercían de forma ocasional la prostitución. Los asesinatos típicos de Jack eran perpetrados en un lugar público o semipúblico; la garganta de la víctima era cortada, a lo que le seguía una mutilación abdominal, aunque en algunos casos dichas mutilaciones se extendían a otras partes del cuerpo. La falta de una identidad confirmada para el asesino, ha permitido numerosos comentarios de historiadores e investigadores aficionados (apodados Ripperologists) que apuntaban a un gran número de posibles criminales; últimamente se ha dado a conocer la posible identidad del asesino que según documentos de Scotland Yard, expuestos en el The Black Museum, sería un peluquero llamado Aaron Kosminski, pero no deja de ser uno mas de los, por lo visto, 175 sospechosos. De todas formas, hace un tiempo se apuntó otro posible candidato; el pintor Sickert (1860-1942). Muchas de sus obras muestran escenas que recuerdan vivamente a los crímenes.



Lo más chocante que se dice respecto a la investigación sobre el anterior, es esto: “en un caso, el ADN mitocondrial, que asume proviene de Sickert, no puede ser eliminado pues existe una coincidencia con el ADN mitoncondrial encontrado en una de las cartas enviadas por Jack el Destripador. Críticos de su teoría hacen notar que las comparaciones solo se han focalizado en el ADN mitocondrial, el cual, dependiendo de la opinión del experto de turno, podrían ser compartidos entre el 10% y el 1% de la población. Dado el número de personas que manejó las muchas cartas, encontrar una coincidencia con cualquier muestra de ADN mitocondrial, en un cierto punto, sería altamente probable”.


En las obras de Sickert se respira un ambiente de opresión, de amenaza constante además de miseria; pero esa sensación de desagrado profundo hunde sus raíces en lo atemorizante que tienen. Los cuerpos estan inertes, como sin vida y la figura masculina adquiere dimensiones siniestras. Fijaros bien en las láminas del post; son realmente inquietantes (no os puedo dar los títulos de las obras, excepto el de la última que se llama "Ennui").

 




En esta obra un hombre aparece sentado en actitud quizás desesperada al lado del cuerpo inerte de una mujer la cual, parece tener algo alrededor del cuello que parece ser un collar o una cuerda, pero indirectamente nos recuerda que el destripador siempre seccionaba la garganta de sus víctimas.





Aquí, la mujer parece tener las manos atadas y su expresión no es precisamente de tranquilidad, además parece tener cortes en el rostro y en los brazos. Por otra parte, también aquí la mujer parece tener algo alrededor del cuello y no parece un collar; la figura del hombre resulta amenazante.















En estas dos se ve el paralelismo entre el cuadro del pintor y la fotografía de un crimen real cometido por el destripador; como podréis observar el cadaver tiene una tibia pelada y lo mismo parece en el cuadro. La posición del cuerpo y, concretamente del brazo, no es la misma pero, de alguna forma, lo recuerda.
 
En la siguiente y ya sin mencionar tanto a la mujer como al hombre, fijaros en el cuadro de la pared (pinchando en la lámina y luego en el icono que aparece, lo podréis ver en grande); encima del hombro de la mujer, a vuestra derecha según lo mirais, aparece una especie de máscara o rostro de hombre, con capa negra, bastante siniestro. El rostro de la mujer del cuadro semeja una calavera (el destripador también las mutilaba el rostro: párpados, labios, nariz e incluso la mejilla); un color rojo parece salir de su hombro...





¡En fin!. Que no me gusta nada este pintor fuera o no el destripador. Por otra parte, como ya he señalado, en el Londres victoriano, el barrio de Whitechapel era el lugar más mísero de la gran ciudad. Jack London, en su obra “El pueblo del abismo” lo retrata magníficamente.

Bueno, pues para el presente tema os sugiero la siguiente receta mezcla de un descendiente de los dinosaurios y de lo que seguramente muchos tendrían que tomarse para ver los cadáveres (una copa de coñac):



 




















POLLO DE CORRAL AL COÑAC

1 pollo de corral de 2 kgrs troceado, 1 tomate, 1 cebolla muy picada, 1 cabeza de ajos, 1 hoja de laurel, 1 pimiento rojo, 1 vaso (de vino) de aceite de oliva, 1 copa de coñac, perejil, sal y pimienta blanca molida, tomillo, orégano.

Ponemos aceite en una cazuela que cubra el fondo abundantemente y rehogamos la cebolla muy picada y 3 ajos troceados hasta que se doren. Cuando esté bien dorado, echamos el pollo troceado, 5 dientes de ajos enteros (sin pelar) y el laurel y dejamos rehogar a fuego lento hasta que el pollo esté dorado (30-40 minutos). Añadimos los tomates pelados y troceados y lo dejamos cocer todo junto otros 10 minutos. En un mortero machacamos los ajos que quedan, el perejil y agregamos un chorro de coñac. Esto lo vertemos sobre el pollo y añadimos agua hasta que lo cubra. Echamos sal y dejamos cocer a fuego lento un mínimo de 2 horas. Cuando vaya estando cocido el pollo, una ½ hora antes de terminar, añadimos el pimiento cortado en tiras y si se desea, tomillo, orégano y pimienta blanca molida. Si el pollo queda muy caldoso, lo podemos poner a fuego fuerte los 5 últimos minutos de cocción para que se consuma el líquido (y si esto no es suficiente, sacamos el pollo y dejamos que el líquido hierva el tiempo que haga falta; luego volvemos a meter el pollo, lo dejamos un ratito y ya está). Servir.

Nota.-Si se ve que el pollo es más bien gallazo y a la hora y media de estar cociendo en la cazuela no se ablanda, se le mete un golpe de olla controlando muchísimo el tiempo.

Guarnición.- Se puede acompañar de fritura de pimientos verdes (mejor si son de Fresno) o pimientos del padrón o del caserío, patatas fritas y ensalada de lechuga simple; también se pueden echar, cuando queden ¾ hora de cocción, unas cebollitas francesas y patatitas nuevas.

sábado, septiembre 23, 2006

ORFEO

http://www.youtube.com/watch?v=PGd4Rs-O3ws


Massenet, “Thais. Meditación” (1894).




«¡Divinidades del mundo situado bajo tierra, en el que caemos todos los que nacemos mortales,si es lícito y permitís decir la verdad sin los ambages de una boca falsa, no he descendido aquí para ver el tenebroso Tártaro ni para encadenar las tres gargantas erizadas de culebras del monstruo meduseo;el motivo de mi viaje es mi esposa, sobre la que una víbora al pisarla derramó su veneno y le robó sus prometedores años.
»Quise poder soportarlo y no diré que no lo he intentado:venció el Amor. Este dios es bien conocido en la región de arriba;lo es y, si el rumor de un antiguo rapto no ha mentido, a vosotros por este Caos enorme y el silencio de este vasto reino,os suplico, volved a tejer el destino adelantado de Eurídice!
»Todos os somos debidos y, demorándonos algo, antes o después nos dirigimos deprisa a un único lugar.
Aquí nos encaminamos todos, ésta es la última morada y vosotros habitáis los reinos más extensos del género humano.
También mi vida, cuando cumpla oportunamente los añosque le corresponden, será de vuestro dominio: como regalo pido su disfrute, Pero, si los hados niegan la venia a mi esposa, he decidido no regresar: alegraos con la muerte de los dos.»

Ovidio. Metamorfosis (Libro X).




El mito de Orfeo es uno de los que más simbolismo encierra dentro de la mitología griega. Orfeo, hijo de Apolo y de Calíope, heredó de sus progenitores el don de la música y de la poesía hasta tal punto que los hombres se reunían para escucharlo y apaciguar su alma, los animales le seguían y las plantas se inclinaban ante el. Apolo le entregó la lira, que Hermes fabricó poniendo cuerdas sobre el caparazón de una tortuga que Orfeo utilizó tanto para atraer a los Argonautas lejos de la música de las Sirenas como para intentar rescatar a su esposa, Euridice, del reino de Hades. Tras la muerte de Orfeo, Júpiter puso la lira en el cielo.


Respecto a la muerte de Eurídice, A la vuelta de su viaje con los Argonautas, Orfeo se casó con ella, que era una ninfa de los bosques. Un buen día, Eurídice estaba paseando en compañía de un grupo de Náyades cuando una serpiente le mordió en el tobillo: en apenas unos segundos la muchacha murió envenenada mientras pensaba en su amado.

Cuando descubrió el cuerpo sin vida de su mujer, enloquecido de angustia y tristeza, Orfeo decidió ir a buscarla al mismo reino de los muertos. Tras atravesar la laguna Estigia se adentró por el mundo de las sombras hasta llegar ante los reyes del desolado lugar, la misteriosa Perséfone y el tenebroso Hades, y para ellos cantó con su lira implorando por la vida de su amada. Así nos lo cuenta Ovidio en su Metamorfosis (libro X).

Y tan hermoso fue el canto de Orfeo, y tan desgarrada fue su súplica de amor que Hades, dios y señor de los muertos, Hades, el invisible, al que nunca mortal alguno llamaba por su nombre para no despertar su ira, mandó llamar a Eurídice para que regresara con su amado al mundo de los vivos. Sin embargo, quizá porque la sabía imposible, le impuso una condición al poeta. Ocurriera lo que ocurriera, Orfeo no debía ver el rostro de su esposa hasta que ambos salieran de sus dominios. Pero cuando estaban a punto de alcanzar la superficie, Orfeo se giró para ver si Eurídice le acompañaba y al instante una irresistible fuerza volvió a llevarse a su amor por segunda vez.

Respecto a la muerte de Orfeo, se cuenta que Orfeo desdeñó el culto a todos los dioses excepto al sol, al que llamó Apolo; una mañana ascendió al monte Pangeo (donde había un oráculo de Dioniso) para saludar a su dios, pero fue despedazado por las ménades tracias por no honrar a su anterior patrón, Dioniso.

Es significativo que su muerte sea análoga a la muerte de Dioniso, para quien, por lo tanto, ha ejercido la función de sacerdote o avatar. La música desde entonces está en todas partes, porque los pedazos de Orfeo se repartieron por todo el mundo. No fue nunca adorado como un dios, se le consideraba un profeta, un gran sacerdote o un teólogo. En el siglo VI A.C. algunas sectas lo adoptaron como fundador y profeta, y no vacilaron en componer poemas religiosos bajo su nombre.

 

El orfismo es del siglo VI A.C., y su secta se caracterizaba por un riguroso ascetismo: solo podían llevar vestiduras de lino, se prohibía comer carne y huevos, y en su doctrina la divinidad principal no era Baco sino Dionisos, del que ya hablaré en otro momento.

La receta que os propongo es muy sencilla, ligera y, si se quiere, ascética:

CREMA DE ESPÁRRAGOS

1 manojo de espárragos verdes, ½ lata espárragos blancos, 1 patata, 1 dl nata líquida, tomillo, 1 litro caldo de verduras.



Rehogar los espárragos verdes troceados en una cazuela. Trocear la patata y añadir a la cazuela e incorporar el caldo de verduras y un toque de tomillo. Dejar hervir durante 25 minutos. Pasado éste tiempo, se añaden los espárragos blancos troceados menos las puntas y se bate todo con la batidora y lo pasamos por el chino. Volvemos a ponerlo en una cazuela e incorporamos la nata líquida; dejamos que hierva y se emplata. Se decora con las puntas de los espárragos blancos
 

viernes, septiembre 15, 2006

WALL STREET


http://www.youtube.com/watch?v=wG7YvulcY7c





https://www.youtube.com/watch?v=LO3aipUvfK8










Una de las películas más representativas de los años 80 es la de “Wall Street” (1987), protagonizada por Michael Douglas, Charlie Sheen y Daryl Hannah y dirigida por Oliver Stone.

Bud Fox (Charlie Sheen) es un joven agente de bolsa que intenta abrirse camino en Wall Street. Durante el día trabaja para la compañía en la que es empleado, y en sus ratos libres intenta conocer a uno de los grandes magnates de las inversiones. Finalmente consigue presentarse a Gordon Gekko (Michael Douglas), quien le contrata como agente. Con Gekko todo es dinero, lujos y diversión, pero pronto Bud se da cuenta de que es un hombre sin escrúpulos. Cuando Gekko le encarga una operación muy atractiva para él pero que infringe las reglas más elementales de la ética, Bud deberá decidir el camino por el que quiere seguir.




 




















Los 80 fueron la edad dorada de los yuppies y del capitalismo brutal en los Estados Unidos (aun hoy en día sigue siendo su edad de oro, pero en aquella época no se cortaban un pelo). Hacer dinero fácil y pisar a los demás era la norma habitual. La película es el reflejo de toda una década y el mejor acercamiento fílmico al centro financiero más importante del mundo.

La imagen que encabeza el post, es una secuencia de la película, en la que Gekko le dice a Bud si cree que la miseria de uno y la prosperidad del otro de debe a una simple cuestión de suerte. Para Gekko, la suerte nada tiene que ver; según sus parámetros la diferencia entre uno y otro es cuestión de lo que cada cual merece. Y esa es la forma de entender las cosas en la sociedad hipercapitalista americana; por ello también los servicios sociales son mínimos; de todas formas, no voy a sumarme al coro que demoniza a éste país; sin poderlo evitar, siento un gran amor-odio hacia esa sociedad.

Desde el punto de vista gastronómico, la película hace mención de uno de mis platos preferidos, que es el Steak Tártaro.

El Steak Tártaro, que es el llamado también filete a la tártara, es originario de Mongolia; los guerreros tártaros, para ablandar la carne que tenían que comer, casi siempre en crudo, la ponían bajo su silla de montar y así, al cabo de algunas horas de cabalgadura, quedaba machacada y comestible.







STEAK TÁRTARO.

Ingredientes (por persona): 200 gr. solomillo de novilla muy fresco y de excelente calidad completamente limpio de telillas, nervios y grasa, 1 huevo crudo, 1 cucharadita de mostaza, 1 cucharadita de vinagre o limón, aceite, 1 cucharada de pepinillos muy picado, 1 cucharada de cebolleta muy picada, 1 cucharada de huevo cocido muy picado, 1 cucharada de anchoas muy picadas, 1 cucharada de alcaparras muy picadas, 2 cucharadas de Salsa Perrins, 5 gotas de Salsa Tabasco, 2 cucharadas Coñac, sal y pimienta negra.

Se pica la carne del solomillo muy menuda, del tamaño de un guisante o así (pero que no quede como una papilla); queda mejor haciéndolo a mano con un cuchillo que corte muy bien. Aparte, en un bol, se echa sal (cuidado, pues también lleva anchoas), pimienta negra molida, la mostaza y el huevo duro. Poco a poco se va echando aceite, batiendo y se emulsiona con lo anterior; a continuación añadimos las alcaparras, los pepinillos, las anchoas, la cebolleta, la salsa Perrins y Tabasco y el coñac, y terminamos añadiendo la carne que la mezclamos bien con todo lo anterior.

Tapamos y metemos en el frigo un máximo de 2 horas, aunque también se puede consumir de inmediato. Lo sacamos, pasado el tiempo, y lo ponemos en el plato de servir; le damos forma (con un par de cucharas) de hamburguesa muy gruesa y hacemos un hueco en el centro donde ponemos una yema cruda. Se puede decorar con pepinillos y así.

Nota:- Los ingredientes, como las cantidades, pueden variar según los gustos. Antes de hacerla, es preferible probar con un poco, pues no a todo el mundo le gusta la carne cruda. Por supuesto, a la hora de comerlo se mezcla bien la yema cruda con la carne.

domingo, septiembre 03, 2006

EL AIRE

http://www.youtube.com/watch?v=hdWeXhuOMFI





Para ver las imágenes mejor, pinchar en el siguiente link:

http://www.lair2000.net/fairy_poetry/poems/market.jpg

Si existen unos seres mágicos propios del aire son, sin duda alguna, las hadas. Las hadas tienen varios rasgos comunes que las caracterizan en todos los países: se clasifican en benéficas y perversas, precisan ocasionalmente de apoyo humano, sus órdenes deben cumplirse estrictamente so pena de terribles castigos y son protectoras de la naturaleza.

Dentro del grupo de las hadas nos encontramos con diversos tipos:


DAMAS BLANCAS: Viven especialmente en Alemania y países colindantes, donde se las llama Weisse Frauen. Medran cerca de los castillos antiguos o en los arbustos sagrados. Estas damas blancas pertenecen a la comunidad más selecta de las hadas, y representan las virtudes y los ideales más elevados. Visten atavíos blancos de gran pureza, y su espíritu es bondadoso y compasivo.

Ayudan a todo el que se encuentra en una coyuntura desesperada; como a un viajero extraviado en su camino; truecan las piedras y flores en amuletos y talismanes, particularmente ayudan a las embarazadas en los partos difíciles, e incluso hacen cesar huracanes y tempestades si se les invoca debidamente. Hacen crecer el trigo y convierten la paja en oro. Sin embargo, si algún humano las irrita o enoja, bueno será que procure aplacarlas al instante, puesto que su cólera es tremendamente terrible.

DAMAS VERDES: Estas hadas personifican a las fuerzas naturales. Se han ido volviendo cada vez más etéreas, a causa precisamente de su continua asociación con el viento.

Viven en bosques, prados o incluso zonas desérticas, morando en palacios de cristal, hielo o coral. Son de una belleza sublime, y van ataviadas de color verde. Si antaño fueron burlonas e incluso mortales para el ser humano, más adelante aprendieron a convivir con él, llegando incluso a ayudarle con sus tareas domésticas.


DRÍADAS: Son las hadas de los bosques, ninfas de los árboles, y se dice que su existencia dura tanto como el árbol en el que moran. Son hermosas, gráciles y ligeras, y sus pupilas, cuando se aparecen al hombre, reflejan rayos de color dorado. Las voces de las dríadas, cuando cantan, se funden con el susurro de las hojas al ser agitadas por la brisa.

MANO BLANCA: Es un hada especialmente peligrosa, puesto que, al parecer, se aparecen por la noche a los viajeros, tratando de seducirlos, y sólo con que el mísero mortal le roce una mano, que es de una blancura asombrosa, aquel fallece irremediablemente, o al menos es preso de una ataque de locura.

LAS FATAS: Son las hadas italianas, que forman parte de una estirpe muy antigua y aristócrata. Cuando veáis a una anciana cargada de leña por el camino, ayudadla a llevar su carga porque, seguramente, se tratará de una fata que desea poner a prueba a los hombres, en cuyo caso cambiará su aspecto achacoso por el suyo verdadero y colmará de dones y bienes al feliz mortal que la haya ayudado.

La receta que os doy en esta ocasión, puedo asegurar que es tan especial como el mundo de las hadas; es la siguiente:

CODORNICES RELLENAS

4 codornices, 100 gr. de miga de pan, 1 vaso de leche, 1 cebolla, 2 dientes de ajo, 1 cucharada sopera de perejil y albahaca picados, 100 gr. de tocino magro picado, 1 dl de vino blanco, 30 gr. de piñones, 30 gr. de pasas de Corinto, sal, pimienta, orégano, aceite de oliva.

Flamear y vaciar las codornices. Guardar los hígados y saltearlos en el aceite de oliva y luego picarlos.
Rehogar la cebolla y el ajo picados, añadir los hígados, el tocino, los piñones, las pasas, el perejil, la albahaca, la miga de pan mojada en leche y escurrida y los condimentos. Rellenar las codornices ya salpimentadas, con esta preparación. Atarlas con una cuerda para alimentos.

Colocarlas en una fuente de horno ya precalentado a 220ºC y rociarlas con aceite. Cocer 15-20 minutos, rociándolas a menudo.Al final de la cocción, retirarlas de la fuente y tirar la grasa. Rociar con vino blanco y dejar que se reduzca un tercio. Antes de servir, cubrir con la salsa pasada por un chino.

viernes, septiembre 01, 2006

LOS HIJOS DE LA TIERRA

http://www.youtube.com/watch?v=yOKbwa_xtxo


Montaje con escenas de "El Clan del Oso Cavernario".


 

Una de las series de novelas que más me han gustado, es la que se refiere a “Los hijos de la Tierra”, de Jean M. Auel; ya sabéis, “El Clan del osos cavernario” y demás. En ellas, la autora tomando como base los datos de la arqueología, realiza una magnífica “descripción” (no exenta de errores, por ejemplo la domesticación del caballo), de aquellos tiempos en los que Neandertales y Cro-Magnon parece ser que convivían.

Comienza la historia con la niña Ayla, que tras perder a sus padres en un terremoto, es adoptada por una mujer del “Clan” (Neandertales); de ésta manera, la autora nos introduce en un mundo en el que tanto el poder curativo de las plantas, pasando por la talla de instrumentos, curtido de pieles, técnicas de caza, hasta llegar a la figura del chamán y el “mundo de los espíritus”, es fundamental para la supervivencia. ¿Sabias que la raíz de la planta llamada “Diente de león”, si se deja secar y se pulveriza después, es un buen sustituto de la achicoria?, ¿o que tanto las hojas tiernas de esa planta, como el trébol son comestibles?. Pues cosas así son las que se aprenden.

Parece ser que en aquellos tiempos, podría haberse dado culto a la Madre Tierra-Diosa de la fertilidad; eso es lo que muchos piensan debido a la gran cantidad de estatuillas femeninas encontradas y que datan de esa época. Estas figuras cuentan con unos rasgos sexuales exagerados, como queriendo poner de relieve aquello que se relaciona directamente con la procreación, con el dar vida. Por otra parte, carecen de rostro, y otros elementos del cuerpo si no quedan olvidados, poco le falta.

De todas formas, es del todo lógico pensar que, debido a la carencia de conocimientos en cuanto a como se origina la vida, los antiguos otorgasen a la mujer y hembras en general, el “poder” o capacidad de engendrar vida por sí mismas sin ninguna necesidad del varón o del macho. Ciertamente, cuando se conoció el papel del varón o macho, los papeles se invirtieron y a las mujeres o hembras únicamente se las consideró como recipientes pasivos y “paridoras”. Y es que el descubrimiento del óvulo es de hace muy poco tiempo.

Esperemos que la ciencia nos ayude a superar las “monsergas” del patriarcado o del matriarcado, pues ya va siendo hora de considerar que lo que importa es la persona, el ser humano que, desde luego, va más allá del sexo al que pertenece.

La receta que pongo, creo que es la adecuada al tema, ya que el consumo de verduras y demás, era más frecuente, por aquellos tiempos, que el consumo de carne. Espero que os guste.



MENESTRA DE VERDURAS A LA LEONESA

Ingredientes: 4 patatas medianas, 1/4 de kilo de guisantes, 1/4 de kilo de judías verdes, 1/2 cebolla mediana, 100 gramos de carne de ternera, 1/2 chorizo, unas tiras finas de jamón serrano, 1 pimiento rojo, 1 diente de ajo, 1 rama de perejil, pimentón, aceite, sal.


Partimos las patatas, los guisantes y las judías en trozos pequeños y cocemos cada uno de estos ingredientes por separado. Cuando estén tiernos, escurrimos el caldo de la cocción, reservando una taza. En una sartén grande ponemos aceite que cubra abundantemente el fondo y rehogamos la cebolla y el pimiento durante 8 o 10 minutos, partidos también en trozos pequeños. Antes de que se doren añadimos las verduras que hemos cocido y rehogamos todo durante 5 minutos.

Machacamos el ajo y el perejil, añadiendo una cucharadita de pimentón y lo agregamos a la sartén. Vertemos caldo de la cocción de las verduras, el suficiente para que quede jugoso pero no caldoso. Dejamos que se rehogue 5 minutos.

Picamos la carne y el chorizo en trozos muy pequeños y lo echamos con las verduras junto con las tiras del jamón, dejando rehogar otros 5 minutos.

Cuando sirvamos la menestra, en una fuente, la adornamos con perejil picado

Nota.- Estas verduras se pueden sustituir por las que se quieran.